domingo, febrero 12, 2006

Escogió al pianista. Sólo para que le tocara en los brazos y en el vientre las piezas que soñó escuchar un día. Tenía las manos perfectas y el ritmo preciso y repetía con insistencia la partitura adecuada. Ella ponía las teclas blancas, y las negras, y él jugaba a hundirlas en su piel.
Empujaba con mimo sus dedos hasta hacerla sonar.
Viajaron juntos por todo el mundo. Sólo para poner algo de música en sus calles, para darle luz a tanto laberinto oscuro y frío. Ella se tumbaba en el suelo. Él a su lado, a la altura de su cadera. Se miraban y él le extraía una canción. La gente se agolpaba a escucharlos por si la melodía podía clavárseles a ellos también. Pero no. Es de dos esto de hacer música. A los que están al otro lado sólo se les permite buscar pianista/piano para hacerles competencia.

16 comentarios:

kay dijo...

es de dos hacer música? conozco a un músico por sí mismo... pero sí que es cierto que la música sólo lo es cuando alguien lo escucha...

besos a dúo ;)

Sansara dijo...

Sonaría tremendamente hippie sugerir una competición de notas escaladas sobre un vientre y dejar que el mundo sucumbiese ante tal arrebato de notas.

Así que no competiremos. Ni siquiera escucharé. Hoy prefiero palpar mi espalda ;).

E dijo...

Mi madre dice que siempre encuentras a alguien que sabe tocarte las teclas. No sé muy bien si viene al caso. Pero es precioso, de cualquier modo.

Hace un día precioso, igual voy al Tormes a tirar cajas de recuerdos al agua (aunque sé que no lo haré, es genial idea).

Abrazos prontos.

pqueno dijo...

"extraido de sonata para la intimidad, concierto de dos, solo piano y pianista"

es precioso, en serio

abrazos ausientes desde el invierno

Cle dijo...

El mundo, hoy, parece dibujarse en torno a una sarabanda. Sonríes si puedes bailar y si no bailas, escuchas la música, aunque casi siempre con un poso de extraña melancolía. De todos modos, habrá que intentar seguir jugando con combinaciones de teclas. ;)

ayn dijo...

4º o 5º comentario

...aprendí de pequeño en un Caveau color granate. Pero nunca tuve la suerte de practicar sobre pieles ajenas; solía tamborilear en mis piernas los ritmos que había memorizado. Buscaré a esa pareja tumbada en la calle, por si aprendo algo de dos que se tocan en noches y tardes...

Me encanta ésta música!

lluvia de emergencia dijo...

Es preciosa la historia del pianista.
Por supuesto no es posible coger algo de esa magia acercándose, arrimándose, envidiándolo. Sin duda es mejor arriesgarse y encontrar tu pianista. Aunque ... dura tarea.

Amneris F. dijo...
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Amneris F. dijo...

Tanto en la música como en muchas cosas de la vida casi siempre se necesita a otra persona, esa persona que te mira atentamente, que siente lo que haces, que te inspira
Es muy bonito el relato
Un abrazo

Anónimo dijo...

Y lo bonita que queda después la canción.. :)

no_se_es dijo...

sin duda la mejor elección. que oigamos todos su música y nos lleven sus canciones.
un abrazo de silencio entre dos corcheas.

Anónimo dijo...

sin duda es cosa de dos... espero q yo tb encuentre mi pianista.. de momento soy un piano solitario pr debe limpiarse y afinarse antes pq sino no sabré tocar.. besos

El Pez Plátano, dijo...

Los dos hablamos de pianos, pues. De la tecla correcta y de su tacto. Recorrer el mundo a mí ya se me antojó imposible.
Besos

Txe Peligro dijo...

hermoso.

Ale dijo...

Historias como leyendas que embrigan los ojos.

Felicidades por lo logrado again

Anónimo dijo...

cuando la música salen de las pestañas de ella, de los labios de él... solo es entendida esa melodia por ellos... pero aun así, me hago una idea a que suena... yo también viví algo así