Me has pillado el corazón con tu caja-cenicero y me lo has dejado hecho polvo y gris y duele. Sólo quería llevarlo a cada uno de tus rincones. Bastaba con que hubieras puesto un cartel de Prohibido Pasar.
Lo pondré en remojo. Le daré de comer tres veces al día. Le susurraré cosas bonitas al oído hasta que vuelva a latir. Entonces colgaré un cartel en letras negras que diga: Cerrado por Derribo.
Lo pondré en remojo. Le daré de comer tres veces al día. Le susurraré cosas bonitas al oído hasta que vuelva a latir. Entonces colgaré un cartel en letras negras que diga: Cerrado por Derribo.
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