domingo, diciembre 24, 2006


FELIZ NAVIDAD A TODOS

miércoles, diciembre 20, 2006

Ida y Vuelta

Aparecías y desaparecías como aparece y desaparece la inspiración o la lluvia en ciudades como esta. Venías y te quedabas unos instantes y luego te ibas y yo me quedaba esperándote en la puerta de tu casa y en todos los rincones que había conocido por tu culpa, igual que por tu culpa conocí el amor y a contar más rápido para que más rápido pasasen las horas y los días. Me amabas y me decías que no podíamos ser por el momento y yo me sentaba en un banco delante de ti, pero tú no me veías. Podían pasar los años, que yo te estaba esperando. Lo sabía la lluvia, los paragüas y las gafas de sol. Iban y venían las estaciones y volvían a irse y volvían a volver y yo extendía las manos para así tocarte desde lejos la yema de tus dedos, para que te acordaras un poco de mi piel y volvieras a verme o a dejarme poemas en el buzón o simplemente para que me dijeras "Gracias por esperarme. Algún día..." [Algún día te querré tanto que vas a despertarte de esta horrible pesadilla y cuidaré tus sueños y cambiaré los colores del cielo que respiras y no te hará falta llorar para que llueva]. Y ese día llegó y todo huele a pasado, a canciones que hicieron las veces de tus palabras o de las mías cuando no me salía la voz de tanto gritarte y tanto amarte fuerte y amarte a voces. Y ya nada es lo que era ni nada ya puede hacernos daño.

domingo, diciembre 17, 2006

Baila conmigo esta noche, igual que ayer, sin música extradiegética. Que se arranque la melodía de tu cuerpo y el mío funcione de altavoces.







Que se enganchen tus costillas a las mías de por vida de una vez. Que ya no tienen nada que proteger si estás conmigo, bailando como si fuéramos a quedarnos sin oídos al instante.

Ayn

"Ninguna era tan bella como tú durante aquel fugaz momento en que te amaba: mi vida entera" (Ángel González)
Juguemos a leernos poemas de poetas que no se suicidan antes de los treinta. Y busquemos películas francesas que hablen de amor no kamikace. Que a nosotros eso de amarnos se nos da de maravilla, aunque a veces, entre copas, rompamos algunos cristales. Que te quiero bien, amor, y te quiero siempre, ya lo sabes. Hagamos trucos de magia como los de esta noche, y yo desaparezco de tus manos para que empieces a buscarme por todos los rincones. Y que me encuentres, que me veas sentada en una de las esquinas de este inmenso pasillo con una sonrisa en los labios, y en los ojos las manos, pensando que así te despisto, que no me sabes de memoria ni a ciegas. Querámonos así todos los días, como algunos sólo aciertan a quererse un instante. Que tú y yo somos un caso aparte, una constelación perdida, la más limitada de las series.

miércoles, diciembre 13, 2006

Me dedico a mirarte y a intentar capturar un poco de tu aliento, del aire que dejas escapar entre beso y beso, entre palabras. Me gusta beberte así, sorbo a sorbo, y saberme de memoria el escalofrío de siempre y tener las ideas claras, es decir, que voy a acabar llorando, como siempre, y que tú terminarás comiéndote mis lágrimas. Y mañana será otro día igual que hoy, quizá tan gris como esta tarde… o puede que aparezcan de una vez por todas los infinitos colores que nos prometieron de pequeños. Pero estarás tú, tan diferente como todos los días, sorprendiéndome con nuevas formas de juntar los labios, de enlazar las manos, de apoyar tu cabeza en mis costillas.