Sumas y multiplicas
los puntos cardinales
de esta espalda en llamas que te busca la boca
y me das la mano
mientras duermes
persiguiendo mis sueños y sonrisa
como un detective en blanco y negro
de una imagen aberrada.
Restas y divides los agujeros negros, las medias verdades, el paisaje decadente de ciudades sin luz
y me arrancas las lágrimas a tiras
viernes, noviembre 20, 2009
miércoles, noviembre 18, 2009
Tiembla
Te ríes
y parece que se fuera a acabar el mundo. Deberías saberlo: provocas un tornado en mi pelo y mi espalda sufre un hundimiento tectónico de consecuencias imprevisibles.
Como un sueño de Magritte y una lluvia de paraguas azules
trepando tu escalera.
Me gustas cuando eres tiempo -y no distancia- y me llenas el espacio hasta hacerme tuya, rellenando cavidades, esquivando obstáculos. Tus coches de choque y mis montañas rusas, ya sabes.
Mis dedos.
Los besas hasta que se derriten como tiemblan los edificios de Casey en una red de levedad insoportable.
Quiero fotografías de plástico y nebulosas rojas, quiero que vengas y puntos suspensivos
Que vengas. Que quiero.
Tienes el mundo a tus pies y los ojos más despiertos del planeta.
y parece que se fuera a acabar el mundo. Deberías saberlo: provocas un tornado en mi pelo y mi espalda sufre un hundimiento tectónico de consecuencias imprevisibles.
Como un sueño de Magritte y una lluvia de paraguas azules
trepando tu escalera.
Me gustas cuando eres tiempo -y no distancia- y me llenas el espacio hasta hacerme tuya, rellenando cavidades, esquivando obstáculos. Tus coches de choque y mis montañas rusas, ya sabes.
Mis dedos.
Los besas hasta que se derriten como tiemblan los edificios de Casey en una red de levedad insoportable.
Quiero fotografías de plástico y nebulosas rojas, quiero que vengas y puntos suspensivos
Que vengas. Que quiero.
Tienes el mundo a tus pies y los ojos más despiertos del planeta.
domingo, marzo 29, 2009
Nos dijimos tanto que creímos habérnoslo dicho todo. Y dejamos los dedos apartados para escribirnos con la voz, de vez en cuando, como si no hiciera falta nada más.
Pero echamos de menos las palabras escritas, que empujan y se hunden en la piel, guiando a los tobillos cada vez que echamos a andar o decidimos dormirnos abrazados.
Quiero que me comas el corazón lento y profundo. Y que tu música me llene de nuevo de aire los pulmones. Respirarte fuerte y robarte el aliento con un beso de precisión quirúrgica.
Agárrate a mis vértebras, puedes usar mis costillas para escalar el romántico ambiente de las noches en vela, en las que tenemos prohibido cerrar los ojos si no es para soñar despiertos o dar paso a un baile de lágrimas.
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