Ella que se sabía artista, la pobre, y que artista quería morir
y no quería vivir de otra manera.
Le gustaba pintar y dibujarte
y le gustaba sobre todo hacer fotografías, capturar con su ojo caprichoso y descarado todo lo que a la luz se esconde.
Y sufría.
La pobre sufría tanto que ya había empezado a disfrutar del llanto
y no podía ser de otra manera.
Recuerdo que una vez llegó diciendo le he dado los dedos de las manos y uno a uno se los ha comido. Los ha metido en su boca y me los ha devuelto fríos, fríos y llenos de nada, marcados de por vida.
Nunca tuvo buen ojo con los chicos
que llegaban y le hacían daño
y se reían de ella por la noche, después de darse y después de quererlos tanto y tan para siempre como nunca.
Por lo menos escribía de ello y gozaba al ver tanta sangre en el papel en blanco.
Le gustaba sufrir o eso es lo que parece cuando ves esas fotos tan oscuras y chillonas
o esos cuadros imposibles de descifrar entre tanto llanto y con tan poco sentido.
Las palabras las altera según se levante y se vista de un color o de otro.
Le gusta el rojo y a veces se pinta los labios a juego con los zapatos o al menos con uno de ellos,
y sale a dar una vuelta y a que la miren
con envidia ellas, con pasión ellos,
que ella lo sabe y le gusta y por eso sale tanto y hace tantas obras de arte.
jueves, febrero 22, 2007
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7 comentarios:
Hola, te acabo de conocer y creo que voy a leer tu blog durante mucho tiempo.
Por casualidad he aterrizado en tu blog. He mirado el 6 de septiembre que es el día de mi cumpleaños y me ha gustado: no está mal comenzar viajando a París. Después caminabas por Versalles...
Te seguiré leyendo.
Un beso
o quizá por eso...
abrazos ausientes desde el norte
No sé por qué pero tengo la sensación de que a este cuento le hacen faltan más colores.
Besos
si es que en el amor somos a veces tan torpes...
aunque luego pase eso, que creemos grandes obras de arte.
Qué grande. Hacía tanto que no me veía tanto en ninguna parte. Ni siquiera en mi. Me encanta.
Muchos besos
solamente descubro a una chica tan así, luego de perderla.
es que no hay otra forma cuando la pasión aprisiona y te quieren tanto, tanto... que se vuelve a la vez tan poco, tan poco real.
si la ves, contale que querer así resulta a destiempo (aunque ella probablemente ya lo sabe).
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