Qué manía la de esas ciudades que se empeñan en poner tierra por medio, que deciden que tú y yo no nos acostemos a la misma hora ni comamos a la vez, ni lo mismo. Qué manía de enseñarte calles y edificios y cervecerías que yo no voy a conocer por el momento. Qué manía de darte las gracias en otros idiomas y con otros acentos y hacerte olvidar por un tiempo mis susurros. Qué manía la de hacerte despertar con otra luz y en otra cama. Qué manía pretenderte a todas horas. Qué manía de cautivarte constantemente, de enseñarte lo mejor de sus encantos. Qué manía de no ser yo; de no ir contigo; de no descubrir ciudades a la vez, como hemos descubierto casi todo.
jueves, noviembre 16, 2006
martes, noviembre 14, 2006
domingo, noviembre 12, 2006
Eraser
Borrar el pasado y los besos que no venían de ti y los abrazos que no eran tuyos y las caricias que no eran mías y las fotografías que no llevaban mi nombre. Borrarlo todo y empezar contigo desde el principio del todo, desde el despertar y las primeras manos que se ofrecen y abrigan del frío. Quitarlo todo: lo que ha venido rellenando ausencias, lo que había entre tú y yo antes de haber nosotros. No quiero romper recuerdos: quiero que nunca los haya habido. Que nunca haya habido nadie entre este par de uno que bombea por dos.
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